domingo, 18 de noviembre de 2012

el cultivo de los citricos



El cultivo de los cítricos



Se cultivan en la mayoría de las ocasiones para la producción de frutos, aunque, por la belleza de sus hojas perennes y por el aroma de sus flores, podemos encontrar variedades cultivadas en jardinería, que se plantan generalmente en grandes parques o como especies aisladas de jardin. No hay que olvidar tampoco los numerosos invernaderos dispuestos en muchas ciudades de países fríos y la actual tendencia a cultivarlos en el interior en forma de bonsáis.

Su cultivo requiere climas cálidos y una humedad abundante, lo que obliga a regarlos con frecuencia. Aunque pueden aguantar temperaturas por debajo de los ºC, no soportan heladas continuadas y los frutos producidos por variedades más resistentes en zonas frías presentan muy poca calidad. La especie más resistente es el naranjo trifoliado ( Poncirus trifoliata) que puede aguantar hasta -20 ºC y que no resulta comestible, por eso se utiliza como patrón sobre el que se injertan especies menos fuertes al frío. Un ejemplo de ello lo constituye el Citranges que es un cruce entre este cítrico y el naranjo dulce. Los limoneros injertados sobre él naranjo trifoliado constituyen los auténticos cítricos productivos más resistentes a las heladas . En el otro extremo se encuentra la lima, que es el cítrico que menos aguanta el frío por lo que solo se puede cultivar en climas tropicales y subtropicales. Como curiosidad, hay que comentar que los frutos de este árbol cuando se expone a temperaturas más frías dejan de ser verdes y amarillean lo cual ha venido a demostrar que los cítricos necesitan un cierto periodo de clima más frío para que su fruto pueda "madurar" .

Además de una humedad abundante, los cítricos requieren suelos bien drenados, desmenuzados, ligeramente ácidos y con abundante riqueza en nitrógeno y potasio. Deben estar situados en una exposición soleada y protegidos del viento. Son árboles muy propensos a sufrir enfermedades, principalmente de naturaleza vírica entre las que se encuentran el virus de la tristeza, la gomosis, la psoriasis, la negrilla, etc. También son propensos al ataque de numerosas plagas ( ácaros, pájaros, pulgones, trips, piojos, etc. ) Todo ello obliga a una atención y a una prevención continuada que exige al agricultor numerosos tratamientos preventivos y curativos. Igualmente delicada resulta su propagación que debe hacerse por medio del injerto sobre un patrón.

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